Directores, directoras: estáis completamente solos

El director o directora tiene como función principal hacer lo mejor para la obra, ya sea teatro o cine. Así de simple y así de difícil.

Ya que se le contrata para que aporte su particular punto de vista, es la única persona que tiene una visión global, así que es la única con capacidad de discernir qué es lo mejor. Pero no basta con saber qué es, sino que además tiene que ser capaz de hacerlo.

Y en esa tarea, la soledad es absoluta.

Los directores son las únicas personas que tienen una visión global de toda la obra.

Demagogia viene del griego, saber llevar al pueblo a donde uno quiere, y eso es lo que tiene que hacer un director: hacer que todos se sientan en el mismo barco y que tengan bien clara cuál es la meta. Pero aunque lo consiga, nadie más va a proteger y cuidar la obra como él o ella. Porque todos los demás, cuando empiece la tormenta, siempre van a ponerse por delante.

Es normal, eh. Es la naturaleza humana, y además, ellos carecen de la visión global que mencionaba antes.

La responsabilidad última siempre va a ser de quien esté al cargo de la dirección. Esto significa que, a veces, hay que enfrentarse con la productora, hay que incomodar a los actores, hay que decir que no, hay que despedir a alguien o hay que cancelarlo todo. Siempre buscando lo mejor para la obra.

No os dejéis arrastrar por nadie, porque no van a estar a vuestro lado para afrontar las consecuencias de vuestras decisiones. No es su trabajo.

Confiad sólo en aquellas personas que os quieran de verdad y que no tengan ningún interés en que la obra salga bien o mal. Nunca serán más de dos o tres. Y confiar no significa hacerles caso, sino tener en cuenta sus opiniones. Pero la decisión última es vuestra.

Confiad sólo en aquellas personas que os quieran de verdad y que no tengan ningún interés en que la obra salga bien o mal.

«Ese es un déspota» o «esa es una maniática del control», son frases que escuchamos a veces sobre tal o cual director. Independientemente de las motivaciones que tenga quien las pronuncia, me pregunto: ¿le queda otra alternativa? No estoy diciendo que haya que ser tiranos, pero para el resultado final siempre va a ser mejor pasarse que quedarse cortos. Lo ideal es encontrar el equilibrio, pero hasta que llegamos se dan algunos bandazos. Porque casi nunca hay tiempo para dar explicaciones, por eso en los momentos de urgencia, es crucial la confianza del equipo. Ahora hazlo así, aunque no comprendas por qué, ya que no tienes toda la información. Cuando pase la tormenta, ya tendremos tiempo de hablarlo con calma, pero ahora, confía.

Es difícil comprender todo esto si no se ha estado nunca en esa posición. Soportar la presión, disfrutar la euforia. Porque aunque sea dura, es una de las profesiones más bellas. Y aunque estemos solos, también sabemos que hay otros que nos comprenden.

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